Casa Hogar Marina Guirola

En 1,985 ingresó el primer paciente al Jardín de Niños San Jerónimo Emiliani. El lugar ha sido dirigido por la congregación de Misioneras Somascas Hijas de San Jerónimo Emiliani. Al inicio, las instalaciones no eran adecuadas para movilizar a niños en silla de ruedas.

Por ello, en el año 2002, niños y jóvenes se trasladaron a su nueva casa ubicada en Avenida Simeòn Cañas 4-30, zona 2, en donde se encuentran actualmente. Acá, ya cuentan con ambientes adecuados a sus necesidades.

Como dato histórico, esta casa pertenecía a la Sra. Marina Guirola, quien mostrando su solidaridad, prometió que después de su muerte, la casa sería donada a estos niños y jóvenes huérfanos, para mejorar su calidad de vida. Así lo hizo.

En la actualidad, esta no es solo una casa, sino un «hogar», que llena de amor y atenciones individuales a 20 niños con discapacidad, dentro de las cuales se pueden mencionar: parálisis cerebral, retraso mental, autismo, neurofibromas, retraso en el desarrollo, problemas del lenguaje, escoliosis, microcefalia, hidrocefalia, síndrome de down entre otras enfermedades. Como podrán darse cuenta, cada una de estas discapacidades requiere un cuidado y atención personalizadas, acá se les cuida con esmero y dedicación, además de proporcionarles una atención médica (terapias) y psicológica combinándolos con una educación pedagógica y en valores. Muchos de estos niños fueron abandonados en hospitales y en la calle por sufrir este tipo padecimientos. ¿Pueden creerlo?

Debido a su enfermedad, estos niños no pueden comer por ellos mismos, su alimentación es blanda y muy nutritiva. Cada uno es atenido individualmente y adecuadamente, debido a que no pueden hablar ni caminar por padecer de algún retraso o discapacidad.

La atención, además de ser personalizada, deben ser atendidos las 24 horas del día, los siete días de la semana. Esta loable labor la realizan cinco trabajadores, dentro de las cuales se pueden mencionar una maestra, un enfermero, una persona de limpieza, una cuidadora para las niñas y un encargado de fines de semana.

Por lo anterior, te invito a que visites esta Casa Hogar Marina Guirola, o cualquier otra, ahí encontrarás sonrisas, ingenuidad, ganas por luchar, aprender. Podrás observar que a pesar de sus «diferencias» ellos viven en familia; se preocupan el uno por el otro, respetan las cosas de los demás. El tiempo que pases de ellos, no es tiempo perdido, sino una lección de vida.

Atentamente, te hago la sugerencia, que si vas a realizar una actividad en una casa hogar, orfanatos, asilos de ancianos; por favor, investiga, escribe o llama a la persona encargada para conocer que tipo de actividades puedes realizar, qué alimentos pueden ingerir, qué donación puedes hacer… no solo llegues pensando que «planificaste y organizaste todo a la perfección» porque el resultado y tu reacción será muy diferente.

En la Casa Hogar Marina Guirola, puedes donar crayones de cera -gruesos- porque son los más idóneos para ser manipulados por los niños, baberos de tela suave y absorbente, son de mucha utilidad. Revistas en buen estado para recortar. Aunque no lo creas, les gustan las revistas, para hacer sus propios albúmenes. Ellos están en constante aprendizaje, poco a poco, pero seguro.

Finalizo, con las palabras de Sor Loly, encargada del hogar, que dice: “Una sonrisa vale más que mil palabras”. “Un día en el hogar es muy alegre, los niños siempre están contentos y les encantan las visitas.”