El café tiene agua

¿Quién no ha aceptado una invitación a tomarse una taza de café?, ¿Cuántas anécdotas, recuerdos se han vivido saboreando un buen café? ¿Prefieres un americano, negro, capuchino, espresso, mochachino, latte, hervido, soluble…? ¿Con cuántas cucharadas de azúcar?, ¡la verdad, no importa! Y si a eso, le agregamos un pastel de zanahoria… Mmmm ¿Que recuerdos, vendrían a tu memoria? ¿Qué tal unas champurradas?

Un buen café, debe estar “caliente” para olerlo, es parte del proceso de su degustación. Se dicen que todos los sentidos, trabajan al mismo tiempo. ¿Qué te parece una taza en el desayuno para despertar bien, o para la hora de la refacción?, ¿A la hora del almuerzo, una más para hacer digestión?, ¡Ajá, hay eventos, reuniones, no puede faltar el café y el agua! ¿Qué pides o bebes?. Si son reuniones “largas”, “aburridas”, (supongo que café, para animarse, ja, ja, ja) o por el gusto de saborear una “taza más”.

Las horas van transcurriendo, el atardecer se percibe en el cielo, la hora de retornar a los hogares concluye y, no espera cena (si no hay una actividad adicional). En las cenas “tradicionales” el café, no falta. ¿Entonces, hasta el momento, en un día, cuántas tazas de café tu cuerpo ha absorbido y nada de agua pura?

A estas alturas de la noche te percatas que “no has iniciado la metas que te has propuesto, TOMAR AGUA PURA”. Sin embargo, a esa hora, si tomas, seguramente te van a dar ganas de ir al baño durante la noche y no vas a dormir. Así que lo pospones para el otro día. Este círculo (rutina), seguramente continuará durante mucho tiempo, hasta que no suceda algo que te haga cambiar tus hábitos alimenticios.

En una oportunidad, le pregunté a un compañero cuántas tazas se tomaba al día, porque tenía su percoladora y se sentía aquel olor a café en la oficina, con aquel humito… toda una delicia. Me encantó su espontaneidad, sus ojos brillaron, y sus labios esbozaron una sonrisa de la cual brotó la siguiente respuesta:
-¿yo?, ¡nueve tazas!. Bueno, depende. Unos días, más si tengo que trabajar en la noche.

¿Y tomas agua pura? – le pregunté
Su respuesta, fue tan rápida, que me sacó una carcajada ¿acaso el café no tiene agua? Su expresión, era como la de un niño que dice las cosas con total honestidad.

-Sí, respondí. Según los doctores, dicen que hay que tomar dos litros de “agua pura”, es decir, solo agua. Es bueno para salud. Se quedó pensando, nada más.

Es importante recordar, que nuestro cuerpo, es agua. Necesita constantemente hidratarse, recuperar lo que desechas al sudar, orinar, por ejemplo. Limpia nuestro organismo y transporta los nutrientes, también ayuda a perder peso, mejora la piel, alivia la fatiga, evita los dolores de cabeza, ayuda al sistema inmunológico…. mantendrás lejos muchas enfermedades.

Si te invitan a un café y ya has tomado una o varias tazas con ese delicioso líquido aromático, y tienes la opción de un vaso con agua, te invito a beber agua pura. ¡Lo único que puedes perder es peso!