La función tiene que seguir

La función tiene que seguir

23 octubre, 2019 Arte y Cultura Escritos varios 0

Este escrito no se trata de esas funciones que bajo su carpa de colores, nos hacen reír a no poder.  En ese lugar, vemos personajes que han trabajado diariamente para entregarlos un espectáculo, con el cual nos sintamos que «valió» la pena asistir e invitar a otros.

Cada personaje, cada acto, cada función tiene sus propias dificultades, sus propios retos que superar. Posiblemente, se tiene se tiene que «improvisar».  Con improvisar, me refiero a aquellas situaciones que han sido estudiadas, practicadas anteriormente pero en ese preciso momento no estaba contemplados realizarlos.  Hay una capacitación previa, no es «sacado bajo la manga» a ver cómo sale.  No, no es así.

¿A qué me refiero con esto?  que los payasos, tienen la función de hacernos reír, sacarnos una risotada o una buena carcajada.  Siempre están felices, tienen su mejor sonrisa.  Ven el «lado positivo» de las cosas, son ocurrentes, y le sacan chiste a todo.   En ellos, no existe la tristeza, el dolor, el sufrimiento… todo es color de rosa.  Al parecer, ellos no sufren, no tienen sentimientos o emociones negativas.

Sin embargo, en una oportunidad un amigo que trabaja en este tipo de eventos, me comentó que a un compañero minutos antes de entrar a la segunda participación le dijeron que su mamá había fallecido.  -¿Se fue?, pregunté.   -No.  Me respondió. Lo único que dijo fue:  -«la función tiene que seguir».    Salió con una gran sonrisa y finalizó su acto.    Tiempo después, le preguntaron sobre el porqué de su actuar. Su argumento fue algo así:   «En ese momento, mi instinto me decía que debía salir corriendo, llorar a más no poder… sí, me dolió y mucho, pero ya no podía hacer nada por ella, estaban mis familiares acompañándola. Mi mejor aporte, lo hice en vida y hubo más de mil jolgorios.  Ese momento, las personas habían pagado su entrada por hacerlas sonreír, reír, sacarles unas buenas carcajadas, hacerlas sentirlas mejor, olvidarse o alejarse de algo o alguien.  Ese día, no era yo, era «el payaso», cuya vida es feliz y perfecta, donde la tristeza y el dolor, no son parte de mi vida.  Al hacerlos reír y reírme de mí mismo, me hizo recordar esos momentos felices que pasé a su lado».

-Mi amigo, calló.  Hubo un silencio, donde aprendió que si estamos tristes, preocupados, malhumorados o si estamos pasando por un mal momento, es bueno, ver el  lado positivo, reírnos de nosotros mismos, seguir adelante con una actitud positiva y todo cambiará.  ¿Además, tenemos derechos de «contagiar» a los demás con nuestros sentimientos o emociones de esta índole?   Con una sonrisa, podemos cambiarle la vida a otra personas que «posiblemente» está pasando peores momentos que nosotros.

La vida, está compuesta de «momentos» y qué mejor que vivir la vida sonriendo, a pesar de esas «malas situaciones».  Ahí, tendremos una visión diferente de cómo tratar esa circunstancia.  Tendremos más opciones, veremos esa luz al final del túnel.

Recuerda, ¡la función tiene que seguir!. 

 

 

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